lunes, 29 de marzo de 2010

El contexto hondureño

Honduras tiene una biodiversidad excepcionalmente alta en relación a su tamaño. Su ubicación tropical privilegiada entre dos océanos y sus condiciones topográficas crean una gran variedad de hábitats, desde bosques nublados a arrecifes coralinos, favorables para una alta diversidad de flora y fauna.

El estudio sobre Diversidad Biológica de la República de Honduras evidencia que la riqueza del país conocida hasta la fecha representa el 2,5% de la flora mundial. Existen 7,524 especies de plantas vasculares registradas en Honduras, de las cuales 244 se consideran endémicas o de distribución limitada y 35 se consideran amenazadas. La más reciente lista de aves cuenta 718 especies, de las cuales 59 están bajo amenaza nacional y 5 están en la lista de especies bajo amenaza de la IUCN (incluyendo la única ave endémica de Centro América, la Amazalia lucidae). Existen 228 especies de mamíferos incluyendo 6 endémicas y 19 especies bajo amenaza. Existen 211 especies de reptiles incluyendo 15 lagartijas y 111 anfibios incluyendo 36 endémicos. Existen 2,500 especies de insectos incluyendo 14 endémicos y un total de 672 especies de peces (Vreugdenhil et al., 2002; SERNA/DiBiO, 2001).

El 53% de la superficie de Honduras posee cobertura boscosa con diferentes grados de conservación. Los tres principales ecosistemas boscosos son el Bosque latifoliado, el Bosque de Confieras y los bosques de Mangle

Honduras también posee gran riqueza de ecosistemas marino costeros. En la costa Pacifica, el ecosistema de manglar cubre aproximadamente 500 km2 abarcando todo su litoral, a excepción de pequeñas porciones de playa. En este lugar se encuentra el sitio Ramsar 1000, refugio aves migratorias y de especies en peligro de extinción. La costa Caribe con 671 km de playa, lagunas costeras, manglares y más de doscientos islotes y cayos que forman parte del sistema arrecifal mesoamericano, proveen hábitat a diversidad de formas de vida como así también el principal recurso turístico del país.

Honduras obtiene su energía de tres fuentes, hidrocarburos, hídrica y biomasa. Hasta el año 1990 el 99% de la energía eléctrica provenía de plantas hidroeléctricas estatales. Si bien, dadas las condiciones topográficas y de precipitación existe un enorme potencial para la generación hidroeléctrica, esta no ha sido debidamente aprovechada. La falta de inversión pública y privada en fuentes de energía renovable, ha provocado que la demanda de energía surgida en los últimos años fuera cubierta con plantas térmicas a base de combustibles fósiles. Actualmente el 65 % de la energía que se consume proviene de estas plantas. El 36 % de los hidrocarburos son utilizados en la producción de energía eléctrica, el resto lo consume en su gran mayoría el transporte. Honduras no produce hidrocarburos, por lo que esta dependencia, afecta en gran medida la balanza comercial.

Actualmente existen proyectos para la utilización de fuentes alternativas de energía, además de la hidroeléctrica, como lo son el biodiesel (Honduras posee miles de hectáreas de palma africana) y el etanol a partir de bagazo de caña.

Si bién el aporte de los recursos naturales al PIB ha disminuido en gran proporción en los ultimos 30 años, la población aún es altamente dependiente del uso de recursos naturales. La biodiversidad y los bosques se encuentran bajo presión extrema debido a la deforestación, especialmente en áreas agrícolas fronterizas de zona húmeda, como resultado de la extensa cría de ganado, el descombro especulativo de la tierra, y la expansión de la frontera agrícola por parte de pequeños agricultores (expulsados de las mejores tierras). La estabilidad de los recursos naturales y de los ecosistemas, así como su capacidad de mantener el sustento rural, se encuentran amenazadas por el manejo inapropiado de la tierra y el agua, especialmente en la zona seca. Según el Programa Nacional Forestal 2004-2021, anualmente se pierden entre 80,000 y 100,000 hectáreas debido a la tala ilegal, los incendios y al ampliación de la frontera agrícola.

Revertir estos procesos resulta difícil por varios factores, entre ellos, políticas sectoriales que no atienden los problemas de forma integral, así como políticas centralizadas; regulación inefectiva y condiciones inadecuadas de gobernabilidad; consideración inadecuada de los problemas ambientales en las iniciativas de desarrollo rural; la falta de acceso a la información y baja capacidad técnica de los actores locales.

Con el afán de revertir esta situación, Honduras viene realizando esfuerzos desde mediados de la década del '90, convirtiéndose en signatario de las convenciones internacionales vinculadas al ambiente, desarrollando e implementando una Política Ambiental Nacional, generando espacios de concertación y mejorando instrumentos para una gestión ambiental eficiente.

En su Informe de País sobre las METAS DEL MILENIO, Honduras propone en su Meta No. 9 "Incorporar los principios del desarrollo sostenible en las políticas y en los programas nacionales e invertir la pérdida de recursos del medio ambiente" y se plantea los siguientes desafíos:

Revertir la tendencia de destrucción de los bosques hondureños, en particular el latifoliado, por ser el que más se ha destruido, tarda más en regenerarse y alberga una mayor biodiversidad.

Es prioritario la aplicación de medidas que incidan en la reducción de los niveles de emisiones de gases por fuentes fijas y vehiculares.

Aplicar el marco de políticas ambientales que existe desde hace algunos años y que están plasmadas en documentos como son: perfiles ambientales, planes de acción ambiental, la ERP y el plan de gobierno.

Ordenar el funcionamiento del marco institucional y diseñar una estrategia ambiental integral por parte del Estado que facilite la coordinación interinstitucional y la búsqueda y el uso de financiamiento para la ejecución de programas y proyectos ambientales. Esta política ambiental debe definir claramente los mandatos y funciones que cada actor e institución debe cumplir.

Fortalecer las capacidades de la SERNA para que esta entidad pueda asumir con mayor propiedad el rol que le corresponde en el campo medioambiental, como también fortalecer las otras instituciones que forman parte del sistema de gestión ambiental del país.

Es importante que los programas y los proyectos sobre los recursos del medio ambiente sean realmente sostenibles y con una visión de largo plazo y que haya un sistema de monitoreo, seguimiento y control de los mismos.

Agilizar la aprobación y aplicación de leyes sobre el manejo de recursos naturales y ambientales, tales como: la Ley Marco de Agua, Ley Forestal y la Ley de Áreas Protegidas. También es pertinente crear los reglamentos especiales para el desarrollo y la aplicación de las leyes existentes en materia ambiental.

Con respecto a la normativa existente, deben asegurarse instrumentos y mecanismos que permitan el cumplimiento de la normativa existente.

¿Qué es la Hora del Planeta?




Es tan simple como apretar un botón y apagar la luz.

La Hora del Planeta es la mayor campaña ambiental en la historia. Consiste en apagar las luces – y cualquier aparato eléctrico prescindible - durante una hora, para demostrar así que cada uno de nosotros podemos tener un impacto positivo en la reducción del consumo mundial de energía y en la lucha frente al cambio climático.


“Es uno de los movimientos sociales más grandes jamás vistos por la humanidad”. (Desmond Tutu, Premio Nobel de La Paz)

Lo que empezó como una campaña dirigida a que los pobladores de Sydney, Australia apaguen sus luces ha crecido hasta convertirse en la iniciativa más grande del mundo frente al cambio climático. El 28 de marzo de 2009, a las 8.30 pm, cerca de 1200 millones de personas en 4000 ciudades apagaron sus luces durante una hora – La Hora del Planeta - para demostrar que es posible que todos tomemos acciones ante el calentamiento global.

La Hora del Planeta empezó en 2007, en Sydney, Australia y participaron 2,2 millones de hogares y comercios apagando sus luces por una hora. Un año después este evento ya se había convertido en un movimiento global de 100 millones de personas en 35 países. Lugares emblemáticos como el puente Golden Gate en San Francisco, el Coliseo Romano y el anuncio de Coca Cola en Times Square, Nueva York, estuvieron en oscuridad, como símbolo de esperanza por una causa global que se vuelve más urgente cada hora.

La Hora del Planeta es un mensaje de esperanza y de acción. Únete a esta cruzada de La Hora del Planeta 2010. Este 27 de marzo a las 8:30 p.m. Apaga la luz. Ilumina el futuro.

Neumáticos ecológicos podrían reducir la dependencia al petróleo


Se necesitan casi siete galones de petróleo para hace cada uno de los casi mil millones de neumáticos que se fabrican anualmente. Con los neumáticos “verdes” se podría reducir significativamente la dependencia al petróleo.

Según el grupo Rubber Manufacturers Association, si se comenzaran a utilizar neumáticos “verdes” u ecológicos, la dependencia de la industria de los neumáticos al petróleo podría caer significativamente en los próximos cinco años.

Goodyear Tire, Rubber Company y Genencor, empresa de biotecnología con sede en California, se han unido y están desarrollando una nueva tecnología basada en la investigación. El objetivo es eliminar el tipo de aceite que se utiliza actualmente para hacer isopreno, un elemento clave para los neumáticos. Los investigadores están creando una alternativa más amistosa y respetuosa del medio ambiente usando plantas como la caña de azúcar o el maíz, por ejemplo.

“Estamos desarrollando un sistema biológico para la fabricación de isopreno, al que nosotros llamamos Bioisopreno, utilizando materias primas renovables. La diferencia aquí está en que nosotros estamos usando el poder de la biotecnología para diseñar una fábrica de células para la síntesis química del bioisopreno” – expresó Richard J. LaDuca, Director de Desarrollo Senior de Genencor.


Esencialmente, la tecnología uitliza un microorganismo genéticamente modificado para fermentar el azúcar de las plantas de modo que se pueda crear la química deseada. Estas mismas técnicas ya han sido investigadas por otros pero, según lo expreso por LaDuca, la capacidad de Genencor para cosechar químicos en su fase gaseosa, en lugar de líquida, hace que el proceso de la compañía sea mucho más prometedor.

Mapa sobre Concentraciones de CO2 en el Planeta

siguiente mapa muestra la distribución de las emisiones de CO2 en el planeta. Las mediciones corresponden a 2003, pero la situación actual no debe de ser muy distinta. La imagen aparece en el comentario de un interesante artículo elaborado por dos investigadores de la NASA titulado Implications of Peak Oil for Atmospheric CO2 and Climate. El artículo, publicado en la revista American Geophysical Union's Global Biogeochemical Cycles, analiza la relación existente entre el llamado "pico del petróleo" y su influencia sobre el clima a través de las emisiones de gases de efecto invernadero y, en concreto, de dióxido de carbono.



El "pico del petróleo", también conocido como Teoría del Pico de Hubert, es un concepto que relaciona la producción actual de petróleo, las reservas existentes en el planeta y el consumo del mismo, de forma que predice una disminución drástica de la producción de petróleo en el momento en que su extracción sea demasiado costosa en términos de energía (no en términos de coste económico). Se trata de una teoría aceptada ampliamente por la comunidad científica y por la industria petrolera, ya que el petróleo es un recurso finito y como tal, debe existir un momento en que se agote (aunque este concepto de agotamiento no significa que ya no quede una gota de petróleo en el planeta, sino que sea demasiado caro extraerlo). A pesar de ser ampliamente aceptada, existen voces enfrentadas entre los que piensan que el pico del petróleo ya se está produciendo y los que mantienen que aún faltan varias décadas para ese momento. En próximas entradas hablaremos de esta teoría y de otros aspectos relacionados con el actual modelo energético,